El estilo sensual rescata los corsés, las transparencias y la lencería. Un visual extremamente femenino puede ser atrevido sin parecer vulgar.
El visual extremadamente femenino llega a sus últimas consecuencias. Además del romanticismo de la cintura marcada y de los volantes, aparecen también las transparencias, las rendas de seda y los recortes que parecen una segunda piel. Las piezas parecen artículos de lencería, hechas con mucho satín y mucho tule.
Enseñar las tiras del sujetador, los vestidos – corsés y los micro shorts ayudan a repaginar este visual. Las camisetas de algodón bien fino, casi transparentes, o las camisetas sin manga “medio rotas” se pueden sobreponer a los sujetadores coloridos o estampados. Claro está, que este estilo no es correcto para tu armario profesional, pero queda estupendo a la hora de tu look de relajar o salir por la noche.
El busto bien marcado es un fuerte elemento de esta moda romántica, rescatando los corsés que dejan su estructura para los tops de vestidos con curvas. También, vuelve el glamour de las faldas con ruedo, con forro de tule, típicas de la década de 1950. Para arrematar en el look, se coloca un finísimo cinturón y pequeños lazos en tejidos leves como el satín. Si lo quieres modernizar, has de mezclar texturas bien diferentes como el neopreno y el cuero, que también están inspiradas en el universo fetichista.
Colores suaves como el rosé, blanco o crudo, se han de juntar a colores vibrantes como el fucsia y el amarillo mostaza, además de negro que siempre este color es sinónimo de sensualidad. La verdad es que recorrer al contraste entre la renda negra y las tonalidades rosadas es una excelente estrategia.
