Supongo que muchos hemos escuchado de este nombre en perfumes, ropa y otros productos; pero quien fue este personaje, este hombre que llenó sus diseños de día con un toque magnifico, funcional, practico y para sus diseños de la noche prendas glamorosamente ricas? Bueno pues este hombre no es otro que Hubert Taffin de Givenchy.
El nació en Beauvais-Francia en 1927. Amigo de Balenciaga, con quien compartió bocetos y taller. Su primer trabajo fue con Schiapirelli. Siempre impecable y perfeccionista gozaba de buen porte y galanura. Entre sus trabajos están Lelong, Piquet y Fath. Sus estudios los hizo en la “Ecole des Beaux arts” en París.
Empieza a dirigir un gran imperio que sigue funcionando hasta el día de hoy y es que la calidad de las prendas, ya sean de alta costura o casual es innegable y además sus diseños han recorrido el mundo gracias a las grandes que ha vestido, sus modelos que con su gracia les da a sus diseños un tono sofisticado, justo lo que quiere transmitir el tan buscado “lady-look” que fue usado por Jacqueline Kennedy, que fue en su época una gran influencia en la moda para las mujeres de su país y del mundo tiempo después.
Y aunque no fue un gran innovador, fue la actriz Audrey Hepburn (una de sus favoritas), quien lo catapulto al vox populli al mostrar sus diseños en la pantalla grande, con películas como Sabrina y Desayuno en Tiffanys que fueron todo un éxito y que ya son clásicos tanto para la meca del cine como para el mundo de la moda al ver la elegancia y sencillez de sus prendas. De su inquieta imaginación salieron la blusa Bettina hecha de algodón y el saco exagerado en la hechura dando lugar a lo que se llama la línea “globo” y “trapecio”.
En l982 fue homenajeado por el Instituto de Tecnología de la Moda, y, en 1988 vendió su firma aunque continuo con la dirección. Diseñador respetado y como algunos dicen el último de los modistas aristócratas.
Imagen: Givenchy
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