Damien Van Zyl nace el 26 de abril de 1978 en Sudáfrica. Crece en una granja en Nowhere, lugar bastante aislado y, según él mismo cuenta, con pocos entretenimientos al alcance de la mano, lo que lo lleva a meterse en problemas, forma en la que denomina su incursión en el robo de coches.
Sus comienzos no fueron para nada fáciles, y aunque tenía claro que quería dedicarse al mundo de la moda, fueron muchas las vueltas que dió su vida profesional hasta alcanzar la cumbre del modelado masculino.
Buscando abrirse un hueco, se desplaza a Milán, donde lo máximo que consigue es trabajar como asistente de fotógrafo. Posteriormente, decide probar suerte en Nueva York, donde sus primeros trabajos fueron en el mundo de la construcción y pintando fachadas de tiendas. Todo cambia cuando Steven Meisel se fija en él, y su vida da un vuelco que lo situa en la portada de Vogue en el 2001.
Tras ello, las puertas se abren y firmas como Calvin Klein, Versace, Tommy Hilfiger o Yves Saint Laurent lo convierten en el modelo preferido del momento.
Fotografía, campañas publicitarias y pasarela, nada se le resiste a este chico, considerado en la actualidad el modelo más cotizado del mundo.
De robar coches a modelo cotizado, este es un caso buenísimo de superación personal. Excelente post, sigue así.